Luces apagadas, la oscuridad absoluta me envuelve. Hace ya varias horas que se hizo de noche aquí en Lerwick, al norte del norte, en las frías islas Shetland de Escocia. Pero a pesar del viento y la fina lluvia la King Erik Street está repleta. Cientos de lugareños, turistas y curiosos nos apretujamos tras la verja aguantando estoicamente la crudeza del tiempo, conteniendo la emoción de lo que está a punto de suceder. Y, con puntualidad británica, acontece: un cañonazo marca la salida de la procesión de antorchas en la que desfilan un millar de guizars portando un drakkar vikingo, que arderá en el centro de la colina. Ya resplandece el fuego tras las casas de piedra, ya se oyen sus cantos, ya se aproximan… ¡Estoy viviendo el Up Helly Aa!
Un lugar llamado Lerwick y la fiesta del fuego
Soy una enamorada de Escocia. Me apasiona su historia y cultura, la música celta, sus paisajes insólitos donde se funde el verde intenso con el azul oscuro del mar del norte. Sus vacas peludas que pacen a orillas de lagos cristalinos, Sus montañas nevadas. Sus ciudades de piedra antigua… De hecho, Edimburgo es mi ciudad favorita del mundo. ¡Y los escoceses! Tan cálidos y acogedores como antítesis a su clima húmedo y norteño. Es por ello que a menudo busco rutas por Escocia, lugares que deseo conocer… Por casualidad me topé con un festival del fuego llamado Up Helly Aa. No lo pensé: un billete de avión barato sería mi pasaporte a una nueva aventura.
Soñando las Highlands
Pero Edimburgo es sólo la puerta a Escocia. Desde allí tendría que subir a un tren rumbo a Aberdeen. De la ciudad de granito, con colleges que parecen sacados de la saga «Harry Potter» embarcarme nada menos que 12 horas en un ferry por el Atlántico norte hasta Lerwick, la capital de las Shetland. Estas, las islas más septentrionales de los archipiélagos escoceses, se ubican a la misma latitud que Bergen, en el sur de Noruega. En invierno es posible incluso ver la aurora boreal.
Up Helly Aa, un poco de historia.
¿Cuándo y qué se celebra en el Up Helly Aa? El primer desfile de antorchas en Lerwick en Up Helly Aa tuvo lugar en 1881, aunque proviene de una tradición anterior, una fiesta en la que se quemaban cubos de alquitrán conocida como Yule al finalizar la Navidad. Ese año, el alquitrán fue sustituido por llameantes antorchas. Con la visita del duque de Edimburgo el invierno siguiente el desfile se popularizó, convirtiéndose en tradición de cada último martes de enero. Sólo se ha dejado de celebrar en 1901 tras la muerte de la reina Victoria y durante los terribles años de la Primera y Segunda Guerra Mundial.
Un festival de raíces vikingas.
El Up Helly Aa conecta con las raíces vikingas de estas distantes tierras, a las que arribaron a bordo de sus drakkares procedentes de Noruega en un cruento invierno del S.VIII. Por aquellos entonces Sealtainn, en gaélico las Shetland, estaban habitadas por la tribu de los pictos, cuyo rey Eogan conoció la muerte de mano de los invasores. Los guerreros vikingos, vencedores, se instalaron en estas islas creando sus primeras colonias en lo que hoy es Reino Unido, hecho que se rememora en este festival.
El museo de las Shetland.
Tras un almuerzo en un café me acerco al museo de las Shetland: a las 15.00 hay concierto. Barbas pelirrojas, ojos y piel clara, amplia sonrisa. Sus melodías me hacen bailar involuntariamente. Por Thor y por Odín que estos son auténticos vikingos, descendientes de aquellos bravos que surcaban los mares. Sus armaduras brillantes y escudos tallados con un lobo que me recuerda al emblema Stark de «Juego de Tronos». Quizá he traspasado esa frontera entre lo real y lo imaginario y no me he dado cuenta.
El grito del Jarl.
La hora azul en Lerwick se ilumina al prenderse las antorchas. Ahí está el Guiger Jarl, el jefe del escuadrón diurno. Se distingue por su casco plateado con dos alas de cuervo a cada lado. Su mirada es serena, de líder, y su capa carmesí ondea al viento. El cuello está protegido por pieles y en la cintura porta una daga plateada y una hacha de guerra.
